LEYRE, 4 Jun. (EUROPA PRESS) –
El historiador capuchino Tarsicio de Azcona ha recibido este miércoles el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2014 de manos de los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, a quienes ha deseado “los mayores aciertos en su difícil y honrosa tarea”.
En el acto oficial celebrado en el Monasterio de Leyre, Tarsicio de Azcona, que ha recogido el galardón vestido con el hábito de capuchino, ha manifestado que ha sido “feliz” en la docencia y en la investigación y “en ambos campos me he atenido a situar documentalmente los hechos, a entenderlos genéticamente, es decir en sus contextos, y a exponerlos a la opinión con la pulcritud literaria posible”.
Según ha relatado, “a mi labor crítica he asociado siempre una aspiración meta-histórica, el recuerdo emotivo, el aprecio profundo y la adhesión ferviente a nuestra tierra y a nuestra gente”. “Esa aspiración crece en este momento, en el que me embarga, como una aspiración, la cultura de nuestra Comunidad foral”, ha añadido.
Tarsicio de Azcona ha recordado que su nombre real es Jesús Morrás Santamaría y ha contado que su nombre de investigación es Tarsicio ya que “en los misterios de la vida religiosa, al emitir la profesión, te cambiaban el nombre civil y te imponían otro religioso con el lugar de origen para transformarte en una nueva criatura”.
Ha señalado que “después de 13 años de estudios en casas de la Orden, de 5 de universidad, de 40 de docencia y 60 de investigación, puedo continuar trabajando por la Iglesia y la cultura de España y de Navarra, uniendo con afán, fe y cultura, bajo la autoridad de mis prelados de la Iglesia de Navarra, promotores de la elevación de nuestra Comunidad foral”.
Tarsicio de Azcona ha expuesto que desde su tesis doctoral “comprobé que en la Iglesia católica siempre ha existido la reforma, pero no sólo como corrección de un abuso, sino como ley y criterio de vida”. “Así he podido probar que existió la reforma en España en todos sus estamentos, antes de la reforma luterana”, ha dicho, para añadir que no ha podido dejar de dedicar un “numeroso bloque de estudios a la Orden a la que pertenezco”.
El galardonado ha tenido palabras de agradecimiento para las autoridades navarras y para la Orden de los Capuchinos y al Centro Superior de Estudios Teológicos, “donde discurrió mi docencia”. También ha dado las gracias a todos los archivos y a su pueblo, Azcona.