El estudio analiza los efectos de la crisis actual sobre la cultura española, atendiendo especialmente a las políticas públicas y su evolución y a los debates de ideas que se han producido en torno a estos procesos en la sociedad española durante los últimos años.
Para el mundo de la cultura, ésta no es solo una crisis económica y financiera, que ha penalizado el consumo cultural y, de paso, ha desbaratado el andamiaje de políticas públicas. Sino que es una crisis también estructural, provocada por la transición digital, que está transformando los hábitos de consumo y poniendo en cuestión duramente los modelos de negocio tradicionales.
El documento propone un modelo de separación entre las políticas públicas de apoyo a la diversidad cultural y las políticas industriales, cuya articulación necesaria exige sin embargo en ambos casos una auténtica refundación dirigida por lo público.